"Me cambiaron a la niña!—gritaba.
Alarmados por el escándalo acudieron enfermeras, médicos y hasta el director del hospital. Digna
aprovechó para plantear también su problema en la forma más delicada posible,
porque no deseaba ofender. Explicó que había traído al mundo a una criatura
morena y le entregaron otra de pelo amarillo
sin el menor parecido con sus hijos. ¿Qué pensaría su marido al verla? El
director del
establecimiento se indignó: ignorantes, desconsideradas, en vez de agradecer
que las atiendan me arman un alboroto. Las dos mujeres optaron por callarse y
esperar una mejor ocasión".
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